Luz de vela blanca.
Mis blog emociones.
lunes, 23 de octubre de 2017
La libélula roja.
martes, 13 de diciembre de 2016
La fábrica de luz lunar. 🌚
viernes, 25 de noviembre de 2016
Celebración del subconsciente.
Encerrado tras de mí, noctívago en el silencio de mi noche.
Ujier en la tenebrosa puerta de la luna, Reina de la oscuridad.
El árbol de la negrura caldea la escarcha de mis sentidos. El subconsciente requiere densa presencia, pues el influjo de la Reina oscura zarandea mis emociones. Atrapado en la torre de los sueños, espero a que mi Don Juan trepe y recite versos de libertad.
Agazapado en este tenue rincón de luz, volátil perfume blanco.
Cierro los ojos y visualizo la densidad del subconsciente para, aunque solo sea durante unos segundos, conversar con él.
Leñosos pensamientos a los que animo a oler el sutil blanco. Avanzan, animados, hacia el salón del ajedrez, estancia de batalla entre opuestos guerreros.
Al fondo, la mujer de piedra se dispone a servir té del samovar. Permanezco, petrificado, a la espera de que el reloj marque la hora del baile de disfraces. Los sirvientes portan bandejas colmadas de matasuegras para celebrar el esperado momento. Apenas doy el primer sorbo, comienzan a sonar las trompetas. La hada de azúcar aparece en escena. Inicio de la...
...¡Celebración del subconsciente!
jueves, 27 de octubre de 2016
Las mil y una noche más (continuación).
No podía conciliar el sueño y decidí salir al patio. Un farolillo apenas iluminaba aquella noche de luna llena.
Permanecí varias horas contemplando la luz de luna.
De nuevo la curiosidad me llevó a averiguar qué podría encontrar dentro de la jaima. Belleza petrificada ante mi asombrada mirada.
La hacedora de burbujas lunares posaba, impertérrita, ante mí. Traté de alcanzar la burbuja, pues tiempo atrás leí que dichas burbujas contenían el elixir de la media naranja. Una voz en off, como si de un Mago de Oz contemporáneo se tratase, me conminó a desistir del intento y, en su lugar, me animó a salir por la puerta que había frente a mí y que, según sus palabras, llevaba al verdadero jardín del edén. Enfundado de etérea seguridad, le hice caso y accedí al exterior. Sobrecogimiento es la palabra que mejor define ese posterior encuentro con el jardín.
Encantamiento que me dirigió, cual marioneta en manos divinas, a la fuente de la vida.
Allí, sentado a la espera de algún acontecimiento humano, mi voz interior pronunció las siguientes palabras:
- No esperes al dueño del zapato. Tú eres Ceniciento, y tu media naranja está aquí, en el interior. Mira y hallarás el amor a ti mismo, y desde ahí, conjugarás el verbo amar.
FIN.
martes, 11 de octubre de 2016
Las mil y una noche más.
Tras de mí, el laberinto quedaba como un vago recuerdo. Estaba emocionado, aunque algo temeroso, de lo que pudiera encontrar tras el umbral de la puerta de Bambú, como así la llamaba el duende Oxfo, que me acompañó, fielmente, los mil días que necesité hasta hallar la codiciada puerta.
El pomo no animaba a tocar, pues en el inconsciente me quedó grabada la feroz sombra del minotauro.
Temeroso, aunque emocionado, me animé a llamar. Al golpear el pomo, sentí como la puerta se abrió del impacto. Tras de sí, quedaron los oscuros días, y una luz de sempiterna apariencia iluminaba el camino.
Contemplé la belleza natural que me rodeaba. Aquel paraje asemejaba ser, en mi deseo, el jardín del edén.
A lo lejos se apreciaba una especie de palacio rodeado de una colorida fuente de vida.
Trepé por la balconada y, arrebatado por el encanto del lugar, no dudé en penetrar el espacio.
Me senté en el borde de la fuente, mojando mis dedos en un acto de afectiva unión con el entorno. Al poco tiempo, me pareció escuchar un caminar lento. Me incorporé y me acerqué rápidamente a la ventana para comprobar si había alguien en el interior. No pude ver de quién podía tratarse. Me aventuré y decidí entrar por la puerta que había en un lateral.
En la cocina una olla humeaba. Interesante huella que alguien había apagado recientemente. En la estancia contigua a la cocina de nuevo me pareció oír pasos, que al percibir los míos, aceleraron el ritmo. Al entrar, vi en el suelo un zueco perdido. Miré por la ventana,
pero no pude ver hacia dónde se dirigió el dueño del zapato. Continué explorando la siguiente estancia, y cuál fue mi sorpresa al advertir que el otro zueco estaba colocado en una estantería.
Estaba anocheciendo y, aunque no quería permanecer allí más allá del crepúsculo, la curiosidad venció al ansia de libertad, y conformé pasar una noche más.
Continuará...
lunes, 29 de agosto de 2016
Móvil sin cobertura.
En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre sí quiero acordarme, el tiempo parecía detenerse. El cielo molduraba su propia pintura.
La llave para abrir mi destino parecía sacada, en efecto, de otro tiempo. Cuando llegué al lugar, mis emociones entraron en estado de "sin cobertura". Me sentía aislado y perdido. No podía respirar con normalidad, y la cabeza, dolorida, somatizaba aquel regreso al pasado.
Gracias a mis queridos amigos Nando y Paco, y una vez acomodado, me aventuré a un baño en el río Segura. Nada mejor para refrescar la mente.
A pesar del relajante chapuzón, hasta los insectos que veía me parecían de otra época.
Los Gallegos, pedanía situada entre las poblaciones albaceteñas de Letur (con su Puerta del Sol, que nada tiene que envidiar a Madrid)
y Elche de la Sierra, nos ofrece un afortunado viaje a una tierra desconectada del mundanal ruido donde los únicos improperios que podemos escuchar son los gritos de un simpático cabrero que llama "hija de puta" a su cabra descarriada. Sin olvidarme del madrugador concierto del gallo, que sirve de modulador del insomnio.
Estoy agradecido por el encuentro que tuve con una cabina de teléfono, que al final no utilicé porque, aunque tardíamente, descubrí que tenía WiFi en la casa rural.
Gracias a la vida, que me ha dado tanto 💎
miércoles, 24 de agosto de 2016
HOLA
Un hola acompañado de una sonrisa nos alegra y alimenta el alma. La mejor luz para la iluminación es una vela de cera blanca con fuego interior 🔥 A partir de hoy, mis blog emociones abren un espacio de etérea aunque iluminada presencia.



























